Cogito ergo sum: ¡Murió Boves! ¿Dónde está Páez? Por @jdsolorzano - Lea Noticias

Cogito ergo sum: ¡Murió Boves! ¿Dónde está Páez? Por @jdsolorzano

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Jose Dionisio Solórzano @jdsolorzanoCogito ergo sum-. Representó la furia del revanchismo social. Su discurso popular despertó una emoción sin parangón en la historia, hasta ese momento, de Venezuela.

Con su fuerza se vinculó con el campesinado, con el venezolano de a pie. Prometió quitarles a los ricos explotadores para repartirles a los pobres aquellas riquezas que aquéllos habían usufructuado.

Su mensaje era de odio, de rencor, lleno de una enorme frustración social y económica.

Detrás de él miles, millones de venezolanos, seguían un sueño de igualdad, de progreso social, de cambios en el sistema de gobierno. Una ilusión que iba dejando a su paso una estela de muerte.

Era un líder plenamente popular. Con discurso populacho y su actitud bellaca le permitió conquistar el alma de un pueblo que necesitaba alguien a quien seguir.

El fuego y la destrucción era parte del día a día de aquel vengador social, que llevó a Venezuela al borde del desastre.

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La mayoría del pueblo marchó a sus espaldas, respondían a sus peticiones, se doblegaron ante él. Sin duda fue un padre que querían, respetaban y admiraban.

La calamidad no duró para siempre, aquél tirano a caballo consiguió su fin.

Una lanza le arrebató la existencia. José Tomás Boves, fue el primer gran líder de masas que tuvo Venezuela, él encarnó esa necesidad de patriarcado político que nos viene de la sangre indígena y española, por un lado el caciquismo y por el otro lado la corona.

Boves murió y con él toda la influencia que directamente ejercía en miles de venezolanos que lo seguían ciegamente.

El fin del “urogallo” dio paso para que emergiera otro líder popular, el segundo gran líder de las masas venezolanas, José Antonio Páez.

Páez, con idénticas características de valor, fuerza, Don de mando y entrega, llenó el vacío de liderazgo popular que habían dejado Boves. A Dios gracias, el nuevo líder marchaba bajo las banderas de los independentistas.

El “Centauro de los Llanos”, se erigió como el nuevo señor de los pobres, el nuevo representante de esa Venezuela de a pie, que en esta etapa batalló al lado de aquella clase media criolla que estaba dirigida por el Libertador Simón Bolívar.

Páez fue el héroe de los llaneros, de los campesinos, de los venezolanos que no tenían nada. Él fue el líder de los mestizos, de los mulatos, de los indígenas, de los zambos.

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Más de 200 años  después surgió otro Boves quien con un discurso de revanchismo político y social, enamoró a un importante sector de Venezuela quien lo acompañó en muchas batallas, en esta era, electorales.

Este nuevo Boves destruyó todo a su paso. Este nuevo “impío” devoró todo lo que se encontró de frente. Armó a todos y desató el pandemónium que el otro Boves ya había ejecutado en su tiempo.

Ambos Boves encarnaron lo peor del odio social venezolano. Escenificaron una lucha cargada de resentimiento y de desprecio hacia el otro, abusaron de su poder y su espíritu estaba dominado por un aborrecimiento a todo aquello que concebían como “malo, oligárquico o traidor”.

Este segundo Boves también cayó muerto, esta vez producto de una enfermedad mortal y mal tratada, y con él se esfumó su camino de aniquilación total y anárquica.

No obstante la pregunta que todos nos hacemos en esta hora nacional es: ¿Dónde está el nuevo Páez? Los venezolanos de a pie, están a la espera del nuevo líder popular que lleve al pueblo por los caminos del nacionalismo.

Boves fue anarquía. Páez fue orden. El nuevo Boves fue socialismo, el nuevo Páez tienen que ser nacionalista de derecha. ¡Así es!

Por José Dionisio Solórzano

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