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En Venezuela nada es sorpresa, todo es consecuencia: El pasado domingo 6 de abril, un incendio se presentó en la base central de Cantv, empresa del Estado que provee al país de servicios como Internet y telefonía, y lejos de alarmar a los ciudadanos, provocó los lamentos y quejas cotidianas de una prestación “casi” inexistente, y con constantes fallas.
Según el organismo, las llamas provocaron “una incidencia en los respaldos de energía” de la compañía, ubicada en el municipio Chacao, la cual provocó daños al datacenter (Centro de procesamiento de datos), y de acuerdo con un mensaje en su cuenta en la red social Twitter, instaron a los usuarios a “no apagar o reiniciar sus módems” debido a que podría generar problemas en la sincronización de la red.
Todo suena muy “tranquilizante” viniendo de una empresa que, por órdenes del régimen de Nicolás Maduro, bloquea portales web y ofrece el internet más lento e ineficiente de toda la región.
Pese al infortunio, los venezolanos tomaron (como debe ser) las redes sociales para denunciar una situación que no es nueva para nadie, solo que, de alguna manera, acentuó la crisis que hoy persiste desde el inicio de la era chavista.
