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«La venganza será tan grande como la calamidad que ha golpeado a Jordania», aseguró ayer el coronel Mamduh Al Ameri, portavoz de las fuerzas armadas jordanas, tras conocerse las noticias del asesinato del piloto Muaz Al Kasaesbeh a manos del Estado Islámico. Las horripilantes imágenes del rehén, quemado vivo en el interior de una jaula, han desatado la indignación en el reino hachemí, que no ha tardado en pasar a la acción.
Esta madrugada, las autoridades jordanas han ejecutado a dos yihadistas: la iraquí Sajida al Rishawi, cuyo intercambio por Kasaesbeh había sido valorado por Ammán, y, según el diario jordano «Al Ghadd», también Ziad Karboli, miembro de Al Qaida en Irak, la organización de la que nació el Estado Islámico.
El piloto jordano Muaz Kasasbeh (dcha) y la terrorista iraquí ejecutada en Jordania Sayida Rishawi
La captura de Kasaesbeh ha puesto en una difícil situación a la monarquía hachemí. El piloto pertenecía a una de las tribus más influyentes del país, por lo que la presión para su liberación ha sido muy intensa. El reino ha experimentado intensas protestas en los últimos días, en las que se ha deplorado la gestión gubernamental de la crisis, y ni siquiera el rey Abdullah se ha librado de las críticas, una situación inédita desde las grandes manifestaciones de 2011.
Sed de venganza
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En Karak, la ciudad natal del piloto, la reacción ha sido de furia. «Quiero ver el cuerpo de Sajida quemado, y el de todos los demás terroristas en prisiones jordanas. Solo entonces se saciará mi sed de venganza», declaraba ayer Abdullah Al Majali, empleado gubernamental, a la agencia Reuters. Protestas similares tuvieron lugar en la capital y otros lugares del país.
El incidente, además, había dado alas al sentimiento de una gran parte de la población que se muestra contraria a la participación de Jordania en la coalición internacional contra el EI, incluyendo al propio padre de Kasasbaeh. «No tenía nada que ver con la coalición, y aquellos que enviaron a mi hijo a luchar fuera de las fronteras de Jordania deben traerle de vuelta», declaró el hombre la semana pasada, lo que motivó un precipitado encuentro del rey Abdullah con la familia del piloto para darles garantías sobre su regreso. Algo que, por desgracia, no ha sucedido.
¿Qué hará Jordania?
Tras conocerse su muerte, Safi Kasasbaeh aparecía ayer destrozado. «Quiero que el estado se cobre venganza por la sangre de mi hijo a través de más ejecuciones de esta gente que sigue a este grupo criminal que no tiene nada que ver con el islam. Los jordanos piden que el estado y la coalición se venguen con acciones aún más dolorosas que destruyan a estos criminales», dijo el padre del piloto.
Algunos expertos militares creen que ahora Jordania podría implicarse de forma aún más activa en la lucha contra el Estado Islámico. «En un par de días podríamos ver cómo este tipo de acciones se incrementan dramáticamente. Incluso podríamos tener operaciones especiales contra su liderazgo», ha declarado el general de aviación retirado Mamun Abu Nowar a agencias.
Fuente [Abc.es]