Que las personas que nacen por cesárea tienen más probabilidades de padecer obesidad durante su niñez era ya una teoría. Ahora, un estudio del Hospital de la Infancia de Boston (EE UU) lo ha demostrado. Es más, el riesgo de obesidad puede hasta duplicarse en niños nacidos por cesárea en comparación con quienes nacen por parto natural.
En esta ocasión, los autores analizaron 1.255 partos. Las madres se unieron al estudio antes de las 22 semanas de embarazo, y sus bebés se midieron y pesaron al nacer, a los seis meses, y posteriormente a los tres años.
De los 1.255 partos, observaron que en torno a uno de cada cuatro (22,6%) fueron por cesárea y el resto (77,4%) fueron partos vaginales. Las madres que dieron a luz por cesárea solían pesar más que aquellas que se sometieron a un parto vaginal, y el peso al nacer de los bebés también tendió a ser mayor.
Pero, independientemente del peso al nacer, y después de tomar en cuenta el peso materno (IMC) y otros factores influyentes, observaron como un parto por cesárea se puede asociar con una duplicación de las probabilidades de obesidad cuando el niño tenía 3 años.
En concreto, en torno a un 16% de los niños que nacieron por cesárea eran obesos a los tres años, en comparación con el 7,5% de los nacidos por vía vaginal. Asimismo, los niños nacidos por cesárea también presentaron un mayor índice de masa corporal y una medición del espesor del pliegue cutáneo más elevado.
Cuestión de bacterias
Los investigadores –cuyo estudio publica Archives of Disease in Chilhood– creen que la explicación podría estar relacionado con diferencias en la composición de las bacterias intestinales adquiridas al nacer. Estudios previos ya habían mostrado que los niños nacidos por cesárea tienen un mayor número de bacterias ‘Firmicutes’ y un menor número de bacterias ‘Bacteroides’ en el estómago, dos grupos que componen la mayor parte de la flora intestinal.
Otra investigación también ha sugerido que las personas obesas tienen niveles más altos de bacterias ‘Firmicutes’, por lo que sugieren que las bacterias del intestino pueden influir en el desarrollo de la obesidad.
Europa Press