Su creador, un señor muy puritano llamado John Harvey Kellog, creía firmemente que por culpa de la dieta habitual de los norteamericanos esos pecaban con la lujuria, la masturbación y otros pecados varios. Esa dieta conducía al deseo sexual y toda clase de desgracias morales y físicas, pensaba.
“A un individuo que vive a base de cerdo, pan de harina fina, ricos pasteles y condimentos, que bebe té y fuma tabaco, le sería más fácil echarse a volar que tener pensamientos castos”.
Así que necesitaba cambiar con urgencia el hábito alimenticio de los americanos. Para ello creó junto a Corn Flake Company (actual Kellogg Company) los cereales de desayuno para crear un modo casto de comer y en especial de desayunar.
Pero, ¿quién era Kellog?
Kellog era un amante del placer en solitario, odiando las prácticas sexuales en pareja. De hecho, durante sus 40 años de matrimonio no llegó a tener relaciones sexuales con su esposa.
“Ni las plagas, ni la guerra, ni la viruela, ni enfermedades similares han producido resultados tan desastrosos para la Humanidad como el pernicioso hábito del onanismo (…) causante del cancer de útero, enfermedades urinarias, impotencia, locura y debilidad mental y física”.
Y, por si fuera poco, también promovía la circuncisión y la ablación química del clítoris como remedio parcial para los vicios solitarios.
[Fuente: elperroflaco.com]