Disimulados en autos u ocultos entre la ropa, venezolanos ingresan mercaderías a Colombia. Allí pagan hasta nueve veces más que los «precios regulados» por Caracas.
La crisis económica en la que está inmersa Venezuela cada vez se profundiza más. Debido a los estrictos controles cambiarios que impone el Gobierno, el acceso a divisas extranjeras es prácticamente imposible.
Por eso, los contrabandistas venezolanos implementan nuevos métodos para conseguir moneda extranjera. Utilizan cualquier espacio disponible de automóviles o, incluso, sus propios cuerpos, para traficar alimentos, dinero y combustibles venezolanos..
«Estamos realizando operaciones, tanto militares como policiales, en los municipios de frontera para garantizar la tranquilidad y sosiego», indicó el mayor general Noél Bermúdez Pirela, jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral los Andes.
La última operación realizada tuvo lugar el fin de semana pasado, cuando fueron retenidos dos vehículos de carga, con 120 toneladas de azúcar refinada.
En Táchira fue descubierta la ruta del azúcar, producto que en Venezuela se vende a 6,11 bolívares el kilo y, una vez transportado a Colombia, se comercializa a 50 bolívares. Es decir, nueve veces más que su precio original.
Según cifras aportadas por la Guardia Nacional Bolivariana, en el último año, el empaque de azúcar, por parte de las sociedades mercantiles, aumentó en un 50 por ciento. Los precios regulados impuestos por el gobierno de Nicolás Maduro ha producido alteraciones en el mercado de oferta y demanda que los venezolanos intentan aprovechar.
También han llamado la atención de las autoridades, personas que cruzan a diario en moto, así como también algunos peatones, quienes visten chaquetas a pesar de las altas temperaturas.
Esta metodología es muy recurrente en municipios fronterizos como Bolívar y Ureña, donde algunos de estos sospechosos fueron identificados por las autoridades. Al revisar sus ropas, notificaron que las mismas habían sido acondicionadas para ser rellenadas con combustible. Cada chaqueta puede contener el equivalente a un tanque de gasolina de un automóvil pequeño.
También se suelen colocar bolsas plásticas, con combustible dentro, que son colocadas en bolsos escolares. Una vez que superaron los controles fronterizos, son vendidos entre 90 y 100 bolívares el litro.
De la misma manera que operan los narcotraficantes, estos contrabandistas de alimentos y combustibles recurren a cualquier espacio disponible de automóviles para rellenarlos de productos contrabandeados. Los lugares más usuales son las puertas de los vehículos, asientos, cornetas de sonido, entre otros.
«Sospechamos de un camión transportador de pescado y al hacer perforaciones en la cava no salió droga, sino arroz», comentó un funcionario.
[Fuente: informe21.com]