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La campaña marcha indetenible, las fuerzas del progreso se siembran por todo el país, por un lado el candidato a la reelección sólo le queda hablar pistoladas por televisión, mientras que el "flaquito" anda pueblo a pueblo llevando un mensaje de esperanza. Esta es la verdad de esta campaña, digan lo que digan los “eruditos de chaquetas coloradas”.
Dos realidades, dos Venezuela. Una de espejismo, de fantasía que habla de una nación que no existe, esa que es puro buche y pluma, la otra, la real, la que diserta sobre los problemas sociales, económicos y políticos que agobian a millones de venezolanos. Son dos conceptos, una elección.
Venezuela ha vivido 14 años de ilusiones, los venezolanos hoy carecemos de puestos de trabajo estables, hoy tenemos que hacer malabares para comprar el mercadito mensual, en este momento los trabajadores tienen que inventársela para "matar tigres" y así completar los gastos del mes. Todos los venezolanos salimos de nuestras casas con miedo, cuando nuestros hijos salen se llevan nuestra tranquilidad porque quedamos con el Cristo en la boca rogándole a Él por su protección. Esta es la vida en "revolución".
El país no aguanta seis años más con esto; Venezuela no puede soportar otro sexenio con la amarga realidad de ver como un puñado de personas desangran a la patria, no podemos permitir que lo que hemos vivido todos estos años siga, por eso la salida del siete de octubre es indispensable para alcanzar la meta de una transformación total que nos lleve hacia el progreso para todos por igual.
La mayoría del pueblo ha optado por el camino del progreso, a pesar de lo expresado por las encuestas puyadas del régimen, los venezolanos aspiran un país para todos, donde cada uno de nosotros tengamos la oportunidad de desarrollarnos y crecer como individuos por eso confío en el triunfo de la democracia en la persona de Henrique Capriles Radonski.
El autobús del progreso está en marcha por todo el país, mientras que el famoso rojo, rojito está estacionado en Miraflores sin poder moverse, dañado porque durante 14 años no ha salido de las fauces del poder, y carro parado se funde. El autobús del futuro anda por los caminos del pueblo mostrando la ruta del progreso, en contraste a la carroza presidencial cada vez más oculta, ya no sale al encuentro de la gente, y el candidato-miss-presidente ya ni se deja ver montado en ella saludando cual reina de parroquia.
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Hay un camino para el progreso y la paz, este siete de octubre tenemos un compromiso con el mañana, tenemos un compromiso con nuestros hijos, sal y vota por el porvenir de la nación, la abstención es traicionar al futuro, es estafar a las nuevas generaciones.
Por: Simone Augello / @simone_augello