Una mezcla entre el arranque en frío tradicional y la hibernación. Así lo ha comunicado Gabe Aul, director de gestión de programa Windows, en el blog Building Windows 8.
En el apagado tradicional, como el de Windows 7, se cierran todas las sesiones, mientras que en el modo de inicio rápido de Windows 8 se mantendrán en hibernación la sesión del kernel. Esto significa que durante el próximo arranque, el sistema realizará una inicialización completa.
De esta forma, el tiempo de inicio se reducirá hasta en un 70 por ciento, según las pruebas internas de Microsoft. También ayudará una nueva capacidad ‘multifase’ en Windows 8 capaz de aprovechar los núcleos de procesamiento en paralelo, dividiendo el trabajo de los mismos, unos leyendo el archivo de hibernación y otros descomprimiendo el contenido.
Cortesía: muywindows.com